Gibril S. Mansaray es un hombre con unas raíces profundas. Pero al crecer se sentía desarraigado. Nació en Iowa, luego se mudó a Minnesota con su familia. Después a Nueva Jersey. Y, luego, de regreso a Iowa. «Desde que estaba en el jardín infantil hasta el octavo grado, me mudé casi todos los años», menciona. «Siempre era el niño nuevo».

Al mirar hacia atrás ahora, puede ver cómo el movimiento constante lo obligó a pulir su capacidad para unir a las personas, crear vínculos y fomentar la pertenencia. Pero en ese momento se sentía como una lucha. «Siempre intentaba ayudar a los demás a sentir que eran parte del grupo», reflexiona. «Y yo no podía encontrarlo. Nunca me adapté del todo».

Hijo de un padre musulmán de África Occidental y de una madre cristiana bautista del sur, Gibril se sintió como «una división andante» durante su juventud. Alrededor de los 20 años, mientras leía, se dio cuenta de que mientras más aprendía, más cosas había por aprender. Volvió a la universidad y se especializó en sociología. En el 2018, consiguió un trabajo en protección de menores en Omaha, Nebraska, y descubrió una organización de mentoría para hombres de color, enfocada en el desarrollo de jóvenes para convertirlos en futuros líderes.

«La persona encargada de la captación de miembros es ahora mi mentor en el negocio Amway», recuerda Gibril. En su mentor, Ed Stevens, Gibril encontró a alguien que podía ser para él el vínculo que tantas veces había intentado ser para otros. «Cuando conocí a Ed», explica, «tuve a alguien que podía implicarse conmigo y enseñarme a tener un mayor impacto; es decir, ayudar a las personas no solo a ser Empresarios independientes, sino también a crear un legado». Un año después, Gibril descubrió que él mismo era heredero de un legado que nunca había entendido por completo.

En el 2019, Nebraska sufrió inundaciones históricas. A medio mundo de distancia, el pueblo donde nació el padre de Gibril, en Sierra Leona, vivió lo mismo. Más del 90 % de los cultivos se perdieron. El padre de Gibril le pidió que enviara $430 para apoyar al pueblo, y al ver las necesidades de Nebraska, Gibril le preguntó por primera vez para qué servía realmente ese dinero. La respuesta cambió su vida. «Mi padre dijo que los $430 alimentarían a aproximadamente 1,500 personas durante una semana», dice Gibril, con la voz quebrada. «Cuando escuché eso, pensé: "Tengo que hacer más"».

Comenzó a preguntar sobre las necesidades del pueblo y descubrió que el 40 % de la escuela primaria no podía utilizarse seis meses al año debido a las goteras del techo. Así que Gibril organizó una colecta de fondos y obtuvo $3,400 para reconstruir toda la escuela. También creó la fundación Pa Karim Memorial Foundation, cuyo nombre es en homenaje a su abuelo, para ayudar a expandir las oportunidades educativas en Sierra Leona. En el 2023 viajó al pueblo por primera vez y su vida cambió para siempre.

«Había cerca de 500 personas allí para recibirme», dice. «Solo personas bordeando la carretera hacia el pueblo, una caminata de 20 minutos». Cuando pisó las tierras originales de su familia, se quitó los zapatos, provocando confusión en quienes lo rodeaban. «No comprendían el simbolismo», explica, «porque su árbol ya tiene raíces. Les dije: “No entienden. Vengo de un lugar donde nos enseñan a creer en muchas cosas que no importan”». En Sierra Leona se dio cuenta de que su mentor le había enseñado a perseguir el verdadero significado. «Para mí, era la sensación donde se cruzan el propósito y el significado», explica.

El lema de la Pa Karim Memorial Foundation es «utilizar la educación para empoderar a las generaciones», y no cabe duda de que la escuela lo hace. El viaje de Gibril fue planificado y facilitado por Justice A. Kamara, uno de los primeros estudiantes de la escuela y actual corresponsal principal de la fundación. «Ninguno de los padres de Justice fue educado en una escuela», dice Gibril. «No saben leer ni escribir. Solo una generación después de ellos, Justice se graduó con honores de la segunda universidad más grande del país. Ahora tiene un equipo de embajadores al que se dedica al máximo. Lidera iniciativas comunitarias e inspira esperanza».

Ahora en EUA, Gibril está recaudando dinero para construir una escuela intermedia y secundaria en el pueblo. «Ahora mismo», dice Gibril, «los niños más grandes se van, abandonan la escuela o caminan 14 millas al día para ir a la escuela intermedia. Por menos de $40,000, podemos construir una escuela intermedia y secundaria. Niños en siete pueblos ya no tendrían que irse».

Más que cualquier cosa, quiere que las personas entiendan las oportunidades que tienen para marcar la diferencia. «Especialmente si te encuentras en Estados Unidos, y si estás relacionado con Amway, tienes una gran oportunidad de lograr un cambio exponencial», afirma. «Podemos lograr cualquier cosa si lo hacemos juntos».